Se ha demostrado en experimentos con animales que lo componentes de estas frutas muestran capacidad para atacar las células cancerosas.
En el día de ayer comenzó en la Escuela de Agrónomos de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), la décima edición del Curso sobre Tecnología Postcosecha y Procesado Mínimo, en el que participaron profesionales, técnicos y estudiantes de 45 países diferentes, en el transcurso del cual se pudieron escuchar conclusiones de estudios realizados en animales que desvelan que que hay alimentos que contienen componentes bioactivos que ayudan a combatir enfermedades.
Concretamente, el profesor Luis Cisneros, de la Texas A&M University hizo mención a la capacidad demostrada en animales que tienen determinados componentes de las ciruelas y los melocotones para matar células cancerígenas «de manera selectiva sin tocar las células normales». «Esto aporta valor añadido al fruto y crea conciencia en el consumidor», afirmó Cisneros, quien expuso que hay otras frutas y verduras con componentes que contribuyen a prevenir el alzhéimer, la obesidad u otras enfermedades crónicas.
Destruyendo mitos y la verdad de los transgénicos
En este sentido, durante el curso se pudieron escuchar afirmaciones relativas a las frutas y hortalizas que pueden llegar a sorprender, como aquella que se refiere a que hay alimentos que producen ese tipo de compuestos como respuesta a un «desafío de estrés», de forma que se ha constatado que una vez se hace la recolección y se refrigera el alimento, este se vuelve «más saludable» que en el momento de la recogida.
En el curso de la UPCT se abordó asimismo el problema de la aceptación de los productos transgénicos en Europa. Jean Claude Pech, de la Universidad de Toulouse centró su charla en los avances de la biotecnología aplicados a la postrecolección y, en concreto, a los productos transgénicos.
El docente francés denunció el uso que raya la manipulación que están haciendo los activistas al intentar ligar situaciones como las vacas locas o el accidente de Chernóbil con estos productos, llegando a decir que “los científicos hacen cosas malas con los alimentos y han incluido los transgénicos en esto”.
América es uno de los continentes que más produce alimentos transgénicos, pues no en vano dedica a esa producción unos 160 millones de hectáreas, mientras que España cultiva solo 100.000 hectáreas.
Entre los ponentes del curso de la UPCT destacó también el italiano Giancalo Colelli, de la Università degli Studi di Foggia. Este se centró en la calidad de la materia prima hortofrutícola para el procesado mínimo. Concretamente se refirió a los productos de cuarta gama, que son aquellos que ya están preparados para el consumidor, como pueden ser las ensaladas envasadas.
«Son productos muy caros por kilo, pero su calidad es también muy elevada», afirmó, al tiempo que indicó que son productos buenos a priori, ya que han pasado por un proceso de filtrado previo. En Europa, la mayoría de ellos se concentran en los supermercados, mientras que «solo un 20% de los restaurantes adquieren estos productos».